por: eduardo warnholtz
INTRODUCCIÓN
“La verdad existe. Sólo se inventa la mentira”
George Braque, Pensées sur l´art.
George Braque, Pensées sur l´art.
De acuerdo al programa de la materia y a la libertad de desarrollar un ensayo con base en la iconografía medieval, decidí escoger el tema de las hadas, ya que el temario no lo contempla y creo interesante cubrir esta parte del imaginario medieval y sus repercusiones en la actualidad.
¿Existen las hadas? Me parece que demostrar su existencia es tan difícil como la de conocer su inexistencia, ya que se halla una gran cantidad de información que habla sobre ellas desde las Parcas de la cultura Romana o las Moiras griegas o la combinación de estas últimas dando origen a las Fatas, que posteriormente dieron nombre a las Hadas, las cuales son una especie de “divinidades” femeninas que protegen, controlan e intervienen en la vida del hombre; también está el pueblo celta que fue el primero en defender la teoría de que las hadas descienden de los ángeles rebeldes que se refugiaron en los mares, montes y ríos cuando fueron expulsados del cielo; así como los escritos medievales de la época de los caballeros y el Tratado de las Ninfas, Sirenas, Pigmeos y Otros Seres del médico Paracelso, primer escritor que describe con profundidad a estos seres; por las limitaciones de este ensayo, sólo presentaré un ejemplo de una hada llamada Melusina y, finalmente, analizaré el suceso publicado en el libro El misterio de las hadas de Arthur Conan Doyle que describe el caso de las niñas que tomaron fotografías de hadas en Inglaterra en 1917 y que fueron publicadas en 1920.
El objetivo del presente ensayo consiste en mostrar y analizar, a través de un recorrido por la historia de las hadas, seis imágenes: [1] una pintura del maestro Guillebert de Mets, con base en la novela Melusina entre los años 1410 y 1420, [2] y [3] son una ilustración de 1478 y un fragmento de una xilografía de 1525 de la obra de Jean d´Arras, del libro de Melusina; [4] y [5] son dos fotografías de 1917: Frances y las hadas y Elsie y el gnomo.
Quisiera recalcar la importancia que deben seguir teniendo las hadas en la imaginería del ser humano. Nuestra concepción del entorno en el que vivimos –naturaleza, animales, árboles, ríos, mares… uno mismo–, podría estar mejor si no lo destruyéramos, sin embargo, actualmente esto no es así y, por lo tanto, siguiendo la mitología celta, parece que las hadas han abandonado su hábitat porque ya no pueden vivir en estas circunstancias. Pienso que hay una relación directamente proporcional entre el cuidado de nuestra naturaleza con la credibilidad en las hadas, lo cual se les puede aplicar principalmente a los niños. A los adultos nos interesa más demostrar que no existen las hadas, que cuidar nuestro entorno natural, por lo tanto, el origen y significado de las hadas, son una muestra de la preocupación por la naturaleza y, al mismo tiempo, por la demostración de la inexistencia de éstas, lo cual, me hace pensar en la falta de interés, por parte de los escépticos, en la conservación de nuestro mundo y el constante interés por las cuestiones materiales.
Considero importante analizar el origen de las hadas y su vigencia en la actualidad, fundamentalmente con el uso de la fotografía de principios del siglo XX, a través del caso de las hadas de Cottingley, Inglaterra, que las acercó a lo “real”. Citando a Joan Fontcuberta 1 , la fotografía se sitúa en un campo ontológico más que en un campo estético, de tal manera que la fotografía a partir del siglo XX, comienza a perder su placer estético que dominó durante toda la segunda mitad del siglo XIX y comenzó a proporcionar verdades visuales sobre el mundo, a pesar de que estos dos campos siempre girarán alrededor de la ambigüedad entre la realidad y la ficción.
Nunca antes se habían visto hadas fotografiadas, las imágenes que se conocían hasta entonces, eran pinturas y grabados, por lo tanto, conocerlas a través de unas fotos, fue motivo de escándalo en la prensa británica en 1920, la fotografía aparece como una tecnología al servicio de la verdad que pretende fijar en nuestras conciencias nuevos convencionalismos. Las fotografías de las hadas podrían equipararse como el beso de Judas, es decir, el falso afecto vendido por treinta monedas que esconde una traición y personifica la Verdad y la Vida que, al mismo tiempo, afecta nuestras suposiciones sobre lo real. Al respecto Fontcuberta concluye:
[…] Judas se ahorca agobiado por los remordimientos. ¿Reaccionará la fotografía a tiempo para escapar a su suicidio anunciado? 2
En el caso de las fotografías de Cottingley, este “suicidio anunciado” no fue hasta los años ochenta que una de las autoras confesó la puesta en escena de los recortes de hadas, clavados con alfileres sobre la vegetación en donde fueron tomadas las imágenes fotográficas, de tal forma que, pasaron seis décadas para que especialistas de Kodak publicaran la estafa más fabulosa jamás hecha al público y un hito en la historia de la humanidad.
El presente ensayo, es una propuesta para conscientizar al lector sobre la importancia que tienen las hadas en el imaginario colectivo, es decir, en su constante permanencia durante varios siglos de la historia de la humanidad.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Con base en el libro El significado de las artes visuales de Edwin Panofsky 3 , haré un análisis con los tres niveles que plantea el autor: en el primer nivel con un significado primario o natural que constituye una descripción pre-iconográfica de la obra de arte; en segundo lugar, la significación secundaria o convencional que identifica imágenes, historias y alegorías y corresponde a lo que Panofsky denomina como nivel iconográfico; finalmente, la significación intrínseca o contenido, nivel que se denomina iconológico.[1] 29
El descubrimiento del Secreto de Melusina, de Le Roman de Mélusine.
Una de dieciséis pinturas hechas por Guillebert de Mets cerca de 1410.
La original es guardada por La Biblioteca nacional de Francia.
Es un manuscrito sobre pergamino elaborado en el primer cuarto del siglo XV
Nivel 1: Es una pintura cuadrangular en formato horizontal que contiene tres figuras antropomorfas y una de ellas es una combinación antropomorfa y zoomorfa, los personajes se encuentran definidos bajo líneas de contorno horizontales y verticales y se reconocen con base en un claro/oscuro y el uso de varios colores; no existe una perspectiva bien definida.
Nivel 2: En el cuadro hay tres personajes: uno de ellos, el de la izquierda, es un hombre de perfil y parece dirigirse hacia la izquierda portando una lanza sobre su hombro izquierdo y una espada que le cuelga de la cintura; sus ropajes son azules, sus medias y calzado son rosados y usa un sombrero negro. El personaje central es un hombre que viste de rojo con motivos en dorado, así como su cuello, mangas y bordes del vestido; usa sombrero negro con una pluma blanca en el centro, calza botas color café y, parece portar una espada que le cuelga de la cintura; su rostro refleja un gesto al tener la boca entre abierta y, sus manos están alzadas mostrando las palmas; se encuentra junto a una puerta de madera con un agujero; del otro lado de la puerta se encuentra un cuarto que semeja estar cerrado –sólo está abierto por la pared que da hacia el espectador– y en que se ve una mezcla de mujer alada con cola se serpiente, la cual se encuentra dentro de un cubo de madera, al parecer lleno de agua; la mujer porta un sombrero rojo y su actitud se compara a la de una persona tomando un baño, ya que su mano derecha, toca su abdomen y con la otra mano se sujeta del cubo; se perciben unos manchones blancos que parecen simular agua que se derrama hacia el piso. El tipo de construcción en el que habitan estos personajes parece un lugar con muros y columnas, es un lugar cerrado y se puede ver la salida hacia el campo.
Nivel 3: La pintura refleja el momento climático de la historia de Melusina, cuando el conde Raymondin de Lusignan rompe su juramento de no ver a su mujer los días sábado; al traicionar su palabra, sorprende a Melusina –la expresión de los ojos, boca y manos de Raymondin– bañándose pero con su cuerpo transformado: de la mitad del ombligo para abajo, tiene una cola de serpiente y la parte de arriba de mujer. La historia de Melusina, hace hincapié en la incapacidad de los hombres para respetar hasta el final la condición que ella impone a cambio de su amor; así, víctimas de su impaciencia, de su avidéz y sus celos, los hombres hachan a perder, de forma muy estúpida, la oportunidad de convivir con una hada y, contribuir al mismo tiempo a la liberación de su hechizo, pero el hombre no es capaz de desencantarla porque es débil como todos los mortales. No puede cumplir con su palabra y no sabe amarla como debería.
[2] 30
Raymondin observa a su mujer, Melusina, en el baño y descubre que posee en la parte inferior el cuerpo de una serpiente.
Ilustración de la obra de Jean d'Arras, del libro de Melusina, 1478.
Nivel 1: Es una ilustración cuadrangular en formato vertical que contiene tres figuras antropomorfas y una de ellas es una combinación antropomorfa y zoomorfa, se ven, también, elementos fitomorfos; los personajes se encuentran definidos bajo líneas de contorno negras horizontales, verticales y diagonales y se reconocen con base en un coloreado básico –amarillo, verde y rojo– sobre blanco; no existe una perspectiva bien definida.
Nivel 2: En el cuadro hay tres personajes: uno de ellos, el de la izquierda, es una mujer con la parte inferior de su cuerpo en forma de serpiente que se posa sobre unas líneas onduladas, tiene el cabello largo y rubio, utiliza un sombrero en forma de cono y, en la punta de éste, le cuelga un adorno amarillo; la mujer muestra sus senos y con sus manos se cubre lo que correspondería a su zona genital; se encuentra dentro de un cuarto de un castillo. Al otro lado de la puerta se encuentra un hombre que viste un traje hasta el suelo, tiene el pelo rubio y porta un sombrero amarillo que, en su parte trasera, sostiene una pluma verde; con su mano izquierda sostiene una espada roja y con su mano derecha, parece despedirse del hombre que se encuentra a su derecha; este último monta un caballo –que sólo se muestra por la parte trasera– y viste con una capa roja, sombrero amarillo y pelo rubio; el hombre se dirige hacia la derecha y con su mano diestra parece despedirse del hombre que se encuentra en el centro del dibujo. En el primer plano de la imagen –esquina inferior derecha–, se denota un fragmento de construcción, al parecer del castillo con dos torres y, en tercer plano, al fondo se encuentra un árbol verde con sus flores en amarillo.
Nivel 3: El dibujo refleja el momento climático de la historia de Melusina –que se comenta en la imagen anterior–, en este caso, parece que apenas va a sorprender a Melusina que se encuentra bañándose. Una diferencia sustancial, es la presencia de un caballero –que monta a su caballo–, que porta una capa roja; este último personaje podría ser el conde de Forest, hermano del conde de Lusignan, quien intrigó a Raymondin a pensar que su mujer no estaba disponible los sábados porque Melusina podría verse con sus amantes. La ilustración muestra que Melusina está por ser sorprendida en su cuarto de baño por su esposo, pues sólo basta con voltear y ver a través del agujero que se encuentra en la puerta. El árbol que se muestra en la parte trasera del dibujo, puede significar el bosque o el campo y, el fragmento de construcción en la parte inferior izquierda, la construcción del castillo de Lucignan.
[3] 31
Melusina.
Xilografía del libro de Jean d´Arras (fragmento) 1525.
Nivel 1: Es una xilografía cuadrangular que contiene tres figuras antropomorfas pero dos de ellas son una combinación antropomorfa, zoomorfa y alada; los personajes se encuentran definidos con líneas negras horizontales,verticales y diagonales sobre blanco; no existe una perspectiva bien definida.
Nivel 2: En el cuadro hay tres personajes: uno de ellos, el de la izquierda, es una mujer con cabellos largos, su parte superior está desnuda y muestra sus senos, la parte inferior de su cuerpo tiene forma de serpiente y cuenta con unas alas en su espalda y posa sus garras sobre una tina; con su mano izquierda cubre su vientre; se encuentra dentro de un cuarto de un castillo que se puede ver en toda la xilografía. Al otro lado de la puerta se encuentra un hombre, tiene el pelo largo y porta un sombrero, se encuentra recargado sobre una puerta con un agujero y está viendo a través de éste. En la parte superior derecha, se halla el tercer personaje, el cual es una mujer suspendida en el aire, la parte inferior del cuerpo cuenta con cola de serpiente con garras en lugar de pies y, en la parte superior, ya no se muestra desnuda y le salen unas alas de su espalda; enseña la palma de su mano izquierda.
Nivel 3: La xilografía refleja, de la misma manera que las imágenes anteriores, el momento cúspide de la historia de Melusina. Otra diferencia sustancial, es la presencia de Melusina fuera del castillo y volando. La xilografía muestra que Melusina, al ser sorprendida por su esposo, cumple la promesa de abandonarlo y de nunca volverlo a ver, por eso el hada se despide del conde al salir volando. En este ejemplo, se puede apreciar la importancia de la construcción del castillo de Lucignan.
[4] 32
Frances y las hadas, fotografía tomada por Elsie en julio de 1917.
Nivel 1: Es un cuadrángulo fotográfico que contiene cinco figuras antropomorfas, cuatro de ellas cuentan con alas. La imagen es monocromática y tiene una coloración sepia, el claro/oscuro es fundamental para definir las figuras y no se define perspectiva.
Nivel 2: La figura central, es una niña de aproximadamente 7 años con su cabello largo y con algo que parece un arreglo floral en su cabeza, su mirada está dirigida hacia la cámara fotográfica, su mano derecha sostiene su cabeza por debajo y sólo se muestra su rostro y una parte de sus hombros; por debajo de su rostro, a la altura de su pecho, se encuentran cuatro mujeres pequeñas con alas cada una de ellas, las cuales, parecen estar saltando sobre las puntas de sus pies, tres de ellas con sus brazos estirados y la cuarta tocando una especie de flauta. Los cinco personajes se encuentran en el campo, a la izquierda de la imagen se encuentra una cascada de agua.
Nivel 3: La fotografía presenta a una niña en el centro superior de la imagen poniendo mucha atención a la cámara fotográfica; las mujeres pequeñas son unas hadas que están divirtiéndose alrededor de la niña, unas bailan y otra toca una flauta. Esta imagen, al ser una de las primeras fotografías que mostraron la presencia de hadas en 1920, causó un gran escándalo en la prensa británica a principios del siglo XX. Un detalle importante de esta foto, es una contradicción técnica entre la cascada de agua que se encuentra a la izquierda y el congelamiento de las hadas en su danza; los datos que presenta el libro de Arthur Conan Doyle presentan que esta imagen fue tomada con un tiempo de exposición de 1/50 s., sin embargo, es imposible que con esta velocidad se pueda ver la caída del agua de la cascada de esa forma, lo correcto sería que no se viera barrida dicha caída; considerando que el tiempo de exposición haya sido mucho menor a 1/50 s., entonces la niña no podría moverse, de lo contrario saldría movida o barrida, así, lo más conveniente en este caso, es que la niña esté bien situada y con la cabeza bien sujetada por su brazo y mano y, sus ojos fijos a un punto –la cámara– para no moverlos durante la exposición. Las hadas aparecen congeladas en la fotografía porque son recortes de revista encajadas con alfileres en la vegetación.
[5] 33
Elsie y el gnomo, fotografía tomada por Frances en septiembre de 1917.
Nivel 1: Es un cuadrángulo fotográfico que contiene dos figuras antropomorfas, una de ellas cuentan con alas. La imagen es monocromática y tiene una coloración sepia, el claro/oscuro es fundamental para definir las figuras y se define vagamente perspectiva.
Nivel 2: La figura central, es una niña de aproximadamente 15 años con su cabello largo y con un sombrero en su cabeza, se encuentra sentada sobre sus piernas en el pasto y su mirada está dirigida hacia un hombre alado muy pequeño que se encuentra frente a ella, el cual, tiene su cuerpo inclinado hacia la niña y su rostro hacia la cámara. El fondo muestra varios árboles.
Nivel 3: La fotografía presenta a una niña en el centro de la imagen poniendo mucha atención a un gnomo que se encuentra interactuando con ella, su pierna izquierda se encuentra apoyada sobre el pasto y la derecha la tiene dispuesta hacia el vestido de la niña; su rostro lo dirige hacia la cámara y el rostro de ella hacia el gnomo. Esta imagen, también causó un gran escándalo en la prensa británica a principios del siglo XX. Un detalle importante de esta foto, es el congelamiento del gnomo; los datos que presenta el libro de Conan Doyle presentan que la imagen fue tomada con un tiempo de exposición de 1/50 s., lo cual es posible pues, tanto la niña como el gnomo están estáticos y no hay ninguna referencia de barrido como en la imagen anterior. El gnomo es un recorte de revista encajado con alfileres en la vegetación.
PARECELSO
Felipe Aureolo Teofrasto Bombasto de Hohenheim
Felipe Aureolo Teofrasto Bombasto de Hohenheim
Nació en Einsiedeln, Cantón de Schwys y murió en Salzburgo (1493-1541). Médico y conocedor de las obras de Hipócrates, Galeno y Celso entro otros. Observador y escrutador de la naturaleza y sus misterios, cultivó la astrología, la alquimia y la magia. Pero su último fin, era la medicina –la sanación.
En su Tratado de las Ninfas, Sirenas, Pigmeos y Otros Seres 4 , Parécelo es el primer escritor que profundiza en estos temas en los cuales, nos dice que ninguno de estos seres procede de la estirpe de Adán, porque pertenecen a genealogías diferentes a la del hombre y a la de los animales; sin embargo, estos seres copulan con los hombres y generan seres.
Para Paracelso, sólo existen dos generaciones en la tierra, la de Adán, formada por la tierra y es completamente tangible y material, el hombre forma parte de esta generación, lo cual, le impide atravesar una pared y; la otra, que no es formada por la tierra, es invisible, espiritual y sutil, lo cual, hace que los seres de esa generación, por su vaporosidad, no tienen problema para atravesar las paredes. Una tercera generación, es la combinación de las dos generaciones mencionadas.
Los seres de esta naturaleza mixta tienen la característica de poder volar como un espíritu, y también tienen las necesidades de los hombres como comer, excretar y beber; son de carne y hueso como los hombres. Los seres de la tercera generación no han sido redimidos, porque no tienen alma y no proceden de la generación de Adán, de tal forma que si el hombre es una imagen distorsionada de Dios, ellos son una imagen distorsionada del hombre. Paracelso dice:
En verdad, para ser como hombres sólo les falta el alma, pero esta carencia les impide servir a Dios y actuar según su ley. Debido a este impedimento sólo les queda actuar, en la medida de los posible, según la ética y un código honesto. Por lo tanto, si de toda la creación el hombre es el ser más cercano a Dios, estos seres son los más cercanos al hombre. 5
Tales criaturas habitan en cuatro moradas naturales, una acuática en donde habitan las Ninfas –Ondinas–, otra aérea en donde se alojan los Silfos –Silvestres–, otra terrestre que ocupan los Duendes y Pigmeos –Gnomos– y la última ígnea en donde moran las Salamandras –Vulcanos. Con base en los cuatro elementos –aire, agua, tierra y fuego–, los seres se alojan en el elemento apropiado a su naturaleza.
Para que el hombre no dude de la existencia de Dios, éste le pone ante su presencia al diablo y a otros espíritus, para que el hombre los conozca y los comprenda. Por ejemplo, las Ninfas son visibles al hombre, debido a su vaporosidad, pueden soportar la densidad de nuestro caos, pero no a la inversa, pues nosotros no toleramos su medio. Los hijos que pueden tener los hombres con las ninfas, son humanos porque el padre pertenece a la generación adámica que les proporciona una alma que les proporciona, a su vez, alma y eternidad.
Con base en lo anterior, estos seres buscan el amor del hombre, porque así alcanzarían un estatus superior al que pertenecen –como lo haría un pagano al ser bautizado que busca la redención de Cristo recibiendo un alma–; sin embargo, la relación carnal del hombre no se da con todos los seres, las ninfas son los seres que más se aproximan a esta relación y, en segundo lugar los silfos, pero los pigmeos no tienen esta clase de relación, sólo asisten al hombre y, en última instancia, las salamandras porque tienen muy poco acercamiento con los hombres y mayor contacto con el diablo, por lo que es preferible evitarlas.
Estos seres se pueden esfumar si son maltratados cerca del elemento en donde habitan; si existiera un pacto entre la criatura y el humano y el ser se esfumara, dicho pacto seguiría vigente; por ejemplo, si un ser se ahogara, el hombre a este vinculado se ahogaría también. La liga que los une, sólo puede deshacerse si ambas partes renuncian al vínculo que los mantiene unidos, de otra forma, ser y hombre, estarán juntos hasta el juicio final.
Paracelso añade en su libro dos razas que se emparientan con las ninfas y con los pigmeos, se trata de los gigantes y los enanos, los cuales tampoco proceden de la generación adámica pero sí de los silfos –para los gigantes– y de los pigmeos –para los enanos. El origen de estos seres es animal, son unos monstruos porque, según Paracelso, no tienen ni pueden tener alma porque Dios así lo decidió.
Finalmente, creo que Paracelso en su último tratado muestra el punto medular de su libro al hablar sobre el motivo por el cual Dios ha producido estas criaturas y dice:
Dios dotó a estos seres para que fuesen capaces de guardar y conservar la creación; así, los gnomos atesoran las riquezas de la tierra, i.e., metales y otros objetos preciosos, de forma que no salgan al exterior antes de su debido tiempo, pues tales tesoros –oro, plata, hierro, etc.– deben ser racionados a fin de que haya una distribución equitativa y no les llegue a unos pocos solamente. Así, su función es la de dosificar los bienes dispensándolos a su debido tiempo y a las personas adecuadas. 6
De la misma forma, los hijos de estos seres tienen su razón de existir; por ejemplo, las sirenas, los gigantes y los enanos tienen la tarea de anunciar los acontecimientos importantes para la humanidad como los grandes desastres. De tal forma que:
“mientras que los gigantes vaticinan la caída y ruina de una nación, los enanos tienen la tarea de anunciar los períodos de hambruna, y las sirenas son las encargadas de presagiar la muerte de los grandes hombres del reino. […] Todos y cada uno de nosotros recibirá lo que le corresponda según haya gastado su vida en relación con el amor a la verdad […] aquél que hoy grita, callará; […] quien ahora intenta esclarecer las cosas, conocer, amar la verdad, en ese día será venturosos y dichoso. Llegado ese día, podréis comprobar que nada ha sido desvirtuado ni falseado por mí” 7
Las HADAS
Alejandra Ramírez Zarzuela 8 , hace un análisis profundo del origen de la palabra « Hada » así como del significado y razón de su existencia en nuestro mundo.
La palabra viene del latín, de fatum, y del plural fata, que significa oráculo, es decir, el designio del destino, del hado, del futuro. La “t” de fata evolucionó como el resto de las letras oclusivas sordas (p,t y k) a su forma sonora (b,d,g), de tal forma quedó la palabra « Fada » que se utilizó en los primeros textos medievales; el paso de fada a hada se dio por la aspiración de la “f” latina quedando el sonido [ada]; posteriormente, en el castellano se sustituyo esta pérdida con el signo gráfico “h”, para saber que antes existía una “f” pero ya no sonora; por lo tanto, la etimología sería la siguiente: FATA > FADA > HADA.
« Fata» además de significar oráculo, en la cultura romana, también se utilizaba para llamar a las Parcas que eran divinidades del destino, tres hermanas representadas como hilanderas que limitaban a su antojo la vida del hombre; sus nombres eran Nona, quien presidía el nacimiento; Decima, el matrimonio; y Morta, la muerte. Los romanos tomaron la idea de este trío con base en las Moiras griegas que también eran tres: Cloto, Láquesis y Átropo, las cuales velaban en un palacio que se encontraba próximo al Olimpo. Para los griegos, cada hombre tenía su moira, es decir, su parte de vida, de suerte y como reguladoras de la vida; así Cloto hilaba, lo cual simboliza el curso de la existencia; Láquesis, enrollaba, es decir, el transcurrir de la vida del individuo y; Átropo, cortaba el hilo, es decir, el término de la vida de una persona.
Actualmente, « Hada » tiene un significado combinado, dado por los griegos con sus Moiras y por los romanos con la Tría Fata, en donde coinciden que las hadas son una especie de “divinidades” femeninas que protegen, controlan e intervienen en la vida del hombre.
La palabra « Hada » tiene el mismo origen en el resto de las lenguas europeas; de fata o fatal proviene « Hada » en castellano, fata en italiano, fada en portugues, fée en francés, fee en alemán y fay –más tarde fairy– en inglés. Podemos ver que no sólo se ha conservado el significado sino también la etimología.
Primordialmente a los irlandeses, el conocimiento de las hadas no les llega de Roma sino de la cultura Celta que se estableció en sus tierras –año 1000 a.C. hasta el siglo V d.C. Por otro lado, la expansión del conocimiento de las hadas por toda Europa, también se le debe a las Cruzadas, ya que se introdujeron imágenes de seres fantásticos traídos de Oriente, de tal forma que se favoreció la creación de una literatura del Reino de las Hadas. Con la aparición de textos de caballerías en la época medieval, el término de hadas, se confundía con el sentido de hechiceras, por lo tanto, en los textos medievales no quedó claro el límite entre hadas y brujas; ahora esto se ha resuelto distinguiendo a las hadas buenas de las hadas malas o brujas.
Como un factor en común, las hadas tienen una estrecha relación con la naturaleza; las teorías que intentan explicar el origen de las hadas son cuatro: una, considera que las hadas son ángeles caídos; otra, dice que son antiguas divinidades o dioses; la tercera, afirma que proceden de una antigua tribu o raza primitiva y, la última, cree que provienen de los muertos. El pueblo celta fue el primero en defender la teoría de que las hadas descienden de los ángeles rebeldes que se refugiaron en los mares, montes y ríos cuando fueron expulsados del cielo.
El pueblo celta nació en la Edad de Bronce –año 1000 a.C.– y creció en la Edad de Hierro en la que ya se encontraba Europa; el mayor esplendor celta se sitúa en la Europa Británica entre el s.V a.C. y el s.V d.C. período en el que Irlanda fue dominada; en esta época, los celtas creían en las hadas de la misma forma que el día de hoy, las mentes racionalistas niegan su existencia.
También se cree que las hadas son descendientes de una antigua tribu nórdica de la Edad de Bronce –anteriores al pueblo celta– y que se escondieron en montes y cuevas. Otra teoría afirma que las hadas descendían de los antiguos dioses y sus distintas divinidades; así las hadas y ninfas eran el resultado de la relación entre dioses, titanes y hombres, lo que explica su conocimiento de las propiedades mágicas, de la naturaleza y de sus dotes proféticas.
Una tercera teoría dice que las hadas fueron en sus orígenes dioses y héroes y que perdieron su poder con la llegada del Dios cristiano. La cuarta y última teoría apunta que las hadas provienen de los muertos, relacionando a las hadas con los druidas celtas, afirmando que las hadas son las almas de los druidas. Así, el Druidismo es la creencia religiosa del pueblo celta –siglo II a.C. hasta el siglo II d.C.–; otros pueblos relacionan a las hadas con la muerte de los niños, creyendo que las hadas son las almas de éstos, que murieron sin recibir el bautismo, es decir, como muertos paganos.
Al relacionar de manera muy estrecha a las hadas con la naturaleza, también se cree que son las causantes de las tormentas, el arco iris, los desprendimientos de la tierra, los maremotos, la niebla, etc., es decir, con hechos que el hombre desconoce y escapa a su explicación, así, éste, recurre al mito en la búsqueda de alguna teoría que le de alguna satisfacción; por eso, las hadas pueden ser culpables de muertes repentinas, tormentas feroces, pérdida de objetos, etc. De esta forma, Ramírez comenta:
“Para los más descreídos esta necesidad del hombre de buscar una explicación convincente ante los hechos que no comprende, son el verdadero origen de las hadas y de las distintas religiones. El hombre se siente indefenso si no tiene en qué apoyarse o a quién culpar. Según esta teoría, los creyentes crearon sus dioses como las culturas paganas crearon a las hadas. El hombre es débil y torpe y, ante su temor, se escuda en seres que dominan su destino. […] me atrevería a sugerir que las hadas surgen de la necesidad del hombre por no sentirse solo ante el mundo desconocido para él que es la naturaleza y que, aunque formemos parte de ella, nos desborda y desconcierta. […] El hombre, llevado por este temor, crea sus propias imágenes, inventa sus habitantes y, a la vez que los teme, les pide ayuda.”. 9
Al principio de los tiempos, los hombres y las hadas compartían el mismo medio, sin embargo, con la llegada de la tecnología, la civilización, el ruido, las carreteras y, todo aquello que permitiera al hombre alejarse de la naturaleza, dio como consecuencia que las hadas se refugiaran bajo las colinas, dentro de las cuevas, bajo los ríos, en el interior de los océanos, en las fuentes, en el interior de los bosques, separando su mundo del de los hombres quebrantando la comunicación que alguna vez los unía. Pero, ¿en dónde viven las Hadas? Se cree que en el País de las Hadas, ¿dónde es esto? Parece ser que al norte de Europa, en la isla mítica de Avalon que, en galés Avallach significa “tierra de las manzanas” 10 , isla paradisíaca, sobrenatural, invisible para los ojos de los mortales y lugar en donde la tradición cristiana no había llegado aún y, en donde los sacerdotes eran especialistas en las artes curativas y mágicas; en esta isla no existía el tiempo, la enfermedad, el frío, el sufrimiento o el dolor. Avalon es “El País de la Eterna Juventud”, “El Reino de las Hadas” o “El Otro Mundo”. Es un lugar idílico.
El cuidado de los bosques es primordial en el mundo de las hadas 11 ; los árboles son su morada predilecta, sobre todo los de mayor antigüedad como el roble, el fresno y el espino entre otros; así, los árboles son sagrados.
Para las hadas, el tiempo está relacionado con el cambio de las estaciones y se rigen por el calendario celta –diferente al gregoriano–, por esta razón, las celebraciones de las hadas no coinciden con las nuestras. Para los celtas el año comienza el 1 de noviembre –solsticio de invierno–; esa noche –la más larga del año–, conocida como la noche del dios celta de la muerte Samhain, porque se daba muerte al sol, abriendo paso al invierno. La siguiente fiesta de las hadas es el 1 de febrero o noche de Imbloc, es la fecha que culmina con el invierno –se igualan la noche y el día– y marca el inicio de la primavera. El 1 de mayo, los celtas celebran la noche de Beltaine, es el inicio del verano y el florecimiento de las flores, así, esa noche celebra el triunfo del sol y la muerte del frío. La última fiesta del País de las Hadas se celebra el 1 de agosto, conocida como la noche de Lunasa, es el final de las cosechas y el punto álgido del verano.
La primera clasificación sobre las hadas, se la debemos al pueblo celta, esta consta de 4 grupos que, a su vez, están relacionados con los cuatro elementos de la naturaleza: las hadas del aire, de la tierra, del agua y del fuego.
En Europa existen tres grandes pueblos de hadas: El primero es en Gales –bajo tierra– ahí se creía que había un reino subterráneo denominado Annwn; las Annwn eran doncellas de agua llamadas las gwragedd annwn. El segundo pueblo de las hadas son los Tuatha de Dannan en Irlanda, estos se encontraron con los Filborgs y los derrotaron y expulsaron de Irlanda –año 1000 a.C.–, hasta que los milesios tomaron Irlanda y los vencieron, de tal forma que una parte de los Tuatha de Dannan se refugiaron en las Tierras Altas de Escocia y su nombre cambió a Sidhe –hada en gaélico– y, la otra parte de ellos abandonaron Irlanda y se refugiaron en la isla de Tir Nan Og ¬–que no aparece en los mapas. El tercer grupo, son las fatas del mediterráneo –como las denominaban los romanos– o ninfas griegas. El pueblo romano llamó a sus espíritus femeninos « Fatas» desplazándose con ellas por todo Europa, la mayoría de las hadas de los bosques, de los lagos y fuentes, provienen de estas hadas originales. Actualmente el nombre de fata sólo lo conservan las fatas o fate italianas.
Antes de adentrarnos en un ejemplo concreto de estos seres, es decir, de Melusina, primero considero conveniente hablar sobre la importancia en que se desenvuelve esta criatura, es decir, el agua.
el AGUA
Del agua proceden todas las cosas y de la sequedad se vislumbra la muerte. Los cuentos, frecuentemente, hablan acerca del “agua de la vida”, la “fuente de la juventud”, “elixir de larga vida y buena salud”, el agua es un elemento mágico por excelencia. Es, asimismo un elemento femenino, dotado de todos los atributos de la feminidad: la belleza, la seducción, el amor y la fecundidad. Por otro lado, el agua es difícil de dominar, es huidiza, móvil, ondulante, pero al mismo tiempo es pacífica y colérica, es por esto que Melusina, como espíritu del agua, tiene dos caras, es todopoderosa y caprichosa, apasionada y despiadada, esconde bajo su apariencia dulce y débil un demonio terrible; Parécelso la clasifica de la siguiente manera:
Las melusinas son hijas de reyes, desesperadas a causa de sus pecados. Satán las raptó y las transformó en espectros, en espíritus malignos, en fantasmas horribles y monstruos espantosos. Se cree que viven sin alma racional en un cuerpo fantástico, que se nutren de los elementos y que en el juicio final desaparecerán con ellos, a menos que se casen con un hombre. Entonces, por la virtud de esta unión, pueden vivir naturalmente en el matrimonio. Se cree que de estos espectros hay varios en los desiertos, los bosques, las ruinas y las tumbas, las bóvedas vacías y las orillas del mar. 12
Estas hadas, como Melusina, han consagrado su existencia al amor, pero siempre terminan asfixiando a sus amantes bajo sus suaves caricias, besos y lágrimas. Brasey lo resume de la siguiente manera: “El universo propio de los genios femeninos del agua está dominado por la pasión, la sensualidad y el amor, pero se trata de un amor desesperado, siempre doloroso y a menudo fatal.” 13
Con base en el error que ha tenido el hombre para amar a las hadas del agua, podría decirse que dicho error podría ser interpretado como aquel hombre “civilizado” contemporáneo, que ha contaminado los ríos con productos químicos, que ha infestado los mares con manchas de petróleo o que ha envenenado las capas freáticas, ese hombre ya no puede aliviar el corazón afligido y doliente de las hadas del agua. Es paradójico que las melusinas –sirenas y ondinas–, hayan sido las primeras diosas que adoraron los hombres y que, antes de que Dios fuera situado en el cielo por los hombres, éstas reinaran sobre la inmensidad de los mares de nuestro hogar, nuestro planeta.
MELUSINA
Con base en el Diccionario de las Hadas de Katharine Briggs 14 , la historia de Melusina podría clasificarse como la versión novelada francesa de la Lamia 15 clásica que ya existía en la tradición popular anterior al siglo XIV. Édouard Brasey 16 en Sirenas y Ondinas, hace referencia a otros nombres con el que se conoce Melusina. A veces es llamada la Madre Orcina o la Madre Oca, o la Madre Osa, o la Madre Ogresa.
Lusignan 17 es su dominio principal, allí se le puede ver bañándose vestida de luto en las fuentes de la región. El hada tiene un peine en una mano y lleva otro en la cabeza. Tiene cola de pez y su cuerpo está cubierto de escamas. Es una hada de sombra y luz, se le considera originaria de Albania –país blanco–, nacida de las relaciones del rey de ese país con una hada. Es alternativamente la ogresa que devora a sus hijos y la portadora de la luz que da la vida. Es un rostro de la Diosa Madre de las antiguas religiones precristianas y matriciales. Paracelso la califica como una ninfa y, de maga o de demonio marino por algunos teólogos, es inspiración de varios autores de la Edad Media y se encuentra en el origen de numerosas familias nobles. 18
En el siglo XIV, Vicente de Beauvais se refiere por primera vez a esta historia pero ocurrida en el país de Sangres. Sin embargo, en 1392 aparece la primera versión escrita –la más completa– sobre la leyenda de Melusina, el Roman de Melusin o Historia de Melusina, escrito por Jean d´Arras; la historia de Melusina en el castillo de Lusignan, en Poitou. Ya se conocía por tradición oral; d´Arras sólo recopiló distintas versiones y creó su propia historia. En 1401, un capellán de Parthenay, Couldrette, dio a conocer una versión abreviada de d´Arras que evoca los amores de Melusina con el conde Raymondin de Lusignan.
Existen múltiples versiones de la historia de Melusina, la más completa es la de Jean d´Arras que volvió a contar Thomas Keightley en el siglo XIX 19 :
La tragedia de Melusina comenzó muchos años antes de que ella naciera. Cuenta la leyenda que cuando el rey Elinas de Albión –Albania– perdió a su joven mujer quedó desconsolado, sólo tenía fuerzas para salir, sin ninguna compañía, a cazar. Un día, cansado por la jornada, se acercó a una fuente a beber, ahí se encontró con una bella mujer de cabellos rubios y piel blanca que se encontraba sentada en el borde de la fuente. La joven se llamaba Presina y era una hada. El rey quedó deslumbrado por su belleza e inmediatamente le propuso matrimonio. Ella le dijo que si, sólo le puso una condición: que no podría verla en el momento de dar a luz, de lo contrario, tendría que abandonarlo para siempre. El rey aceptó el trato. Así se casaron y, tiempo después dio a luz a tres hermosas niñas. Nathas, hijo del rey, nacido en su primer matrimonio, corrió a dar la feliz noticia a su padre, que su mujer estaba pariendo y, éste, por la emoción, olvidó el pacto que tenía con su mujer y entró en la habitación sorprendiendo a su amada que bañaba a sus hijas. En ese momento desaparecieron las cuatro, el hada Presina y sus tres hijas: Melior, Palatina y Melusina y se refugiaron en la isla perdida –Avalon–, de esta forma, las hijas acumularon un gran rencor y odio a su padre por perder la oportunidad de vivir en un palacio y de ser enormemente ricas, invadiéndoles la necesidad de venganza hacia el, así, un día, incitadas por Melusina, las tres hermanas aprovecharon un descuido para encerrar a su padre en el monte Brandelois, de donde no pudo salir. Cuando Presina se enteró de lo que le hicieron sus hijas al hombre que tanto amó, les echó una maldición. Melior fue encerrada en un castillo, condenada hasta el fin de sus días a proteger a un gavilán prodigioso, pero sin perder su belleza; Palestina no podía salir de una cueva en el condado de Barcelona y; a Melusina le tocó la peor parte, la convirtió en serpiente de cintura para abajo y le dijo que tenía que cuidar toda su vida de la fuente sagrada y que podría vivir como mortal, pero, todos los sábados la mitad de su cuerpo se convertiría en serpiente, para que nunca olvidara el mal que había hecho contra su padre; podría casarse, pero su marido nunca podría verla en ese estado, de lo contrario, tendría que abandonarlo al instante viviendo el resto de sus días convertida en serpiente. Aquí termina la historia de Prisina y empieza la de Melusina –siglo XII.
Años después se repite la historia de su madre, pues Melusina se encuentra jugando con el agua de la fuente en el bosque de Colombiers, en Poitou, cuando aparece el conde Raymodin de Lusignan, que acababa de matar accidentalmente a su tío, el conde de Poitiers, durante una cacería de jabalíes. Lleno de remordimientos, Raymondin vagaba por el bosque cuando llegó a una fuente –Fuente de la Sed Bonita o Fuente de las Hadas–, tres damas se divertían en ella a la luz de la luna. Una de ellas era Melusina, e inmediatamente la belleza de Melusina lo conquista, sobre todo cuando ella le afirma que era cristiana. Inmediatamente Raymondin le pidió su mano, Melusina acepta y le pone la condición de que nunca podría verla en día sábado, le aseguró que si rompía su juramento, se vería privado para siempre de volverla a ver y causaría la desgracia de ambos para toda la vida:
Me juraréis por Dios y su imagen
Que me tomaréis en matrimonio […]
Y que ningún día de vuestra vida,
Por nada que nadie diga,
Los sábados preguntaréis,
Ni averiguación alguna haréis,
Sobre qué puente mi cuerpo cruzará,
Ni adónde irá ni qué hará,
Y también yo os juraré
Que a ningún lugar malo iré. 20
Que me tomaréis en matrimonio […]
Y que ningún día de vuestra vida,
Por nada que nadie diga,
Los sábados preguntaréis,
Ni averiguación alguna haréis,
Sobre qué puente mi cuerpo cruzará,
Ni adónde irá ni qué hará,
Y también yo os juraré
Que a ningún lugar malo iré. 20
El acepta el trato. Gracias a sus inmensas riquezas, ella construye, cerca de la Fuente de la Sed Bonita, el castillo de Lusignan, después contruyó La Rochelle, Cloître, Malliers, Mersent y otros lugares.
El destino de Melusina, a pesar de sus riquezas, era la soledad. Dio a luz a ocho hijos afectados por deformidades: Guy –un ojo rojo y otro azul, orejas grandes y el rostro corto y ancho–, Regnault –un solo ojo–, Odon –una oreja más grande que la otra–, Urian –un ojo más alto que el otro–, Antoine –algo parecido a una zarpa de león en la mejilla–, Froimond –una mancha velluda en la mejilla–, Orrible –parecía salido directamente del infierno– y, Geoffroi –con tres ojos, uno de los cuales en medio de la frente y, con un diente enorme que le salía de la boca. A pesar de sus defectos físicos, los hijos de Melusina fueron hombres de gran valor y bravura, destacándose como héroes y como buenos partidos.
Un día, el conde de Forest, hermano de Raymodin, deseaba conocer a Melusina, justamente llegó al castillo en un sábado, por lo que no pudo conocerla; esto le molestó y le sugirió a su hermano que su mujer debía tener un amante y por eso, los sábados el no veía a su esposa; así el conde incrementó paulatinamente sus dudas y, un sábado, entreabrió la puerta de la torre para ver a su mujer. El espectáculo que le esperaba le hizo lanzar un grito de horror. Jean d´Arras dice:
Vio a Melusina, que estaba en la tina, hasta el ombligo con forma de mujer, y peinaba sus cabellos; y del ombligo para abajo con forma de cola de serpiente, gruesa como un barril de arenques, y muy largamente batía su cola en el agua, de tal modo que la hacía saltar hasta la bóveda de la habitación. 21
Cuando Melusina se vio sorprendida, lo miró tristemente, levantó sus alas y escapó por la ventana para siempre. Así el conde se reprochó su desconfianza porque Melusina siempre fue honesta con el. Cuentan desde entonces que el conde se hizo ermitaño y murió de tristeza en Montserrat. Hay voces que afirman que cada vez que muere alguien de la familia, aparece una serpiente alada que da vueltas por el castillo.
La historia de Melusina, hace hincapié en la incapacidad de los hombres para respetar hasta el final la condición que ella impone a cambio de su amor; así, víctimas de su impaciencia, de su avidéz y sus celos, los hombres hachan a perder, de forma muy estúpida, la oportunidad de convivir con una hada y, contribuir al mismo tiempo a la liberación de su hechizo, pero el hombre no es capaz de desencantarla porque es débil como todos los mortales. No puede cumplir con su palabra y no sabe amarla como debería.
las FOTOGRAFÍAS de COTTINGLEY
Para esta parte de mi ensayo, voy a tomar como fundamento el libro El misterio de las hadas del médico y escritor Arthur Conan Doyle 22 (1859 – 1930), ya que éste se interesó por uno de los acontecimientos que pensó, serían un hito de la historia de la humanidad, a pesar de que también podría ser la estafa más fabulosa jamás hecha al público.
La muerte y el sobrevivir, eran el eje fundamental de la vida de Conan Doyle, quien fue criado en el seno de la Iglesia católica, que después abandonó. Perdió un hijo, a su hermano menor y a su madre en la Primera Guerra Mundial y, esto lo hace buscarlos a través del espiritismo, el cual se convierte en el centro de su vida.
Conan Doyle dice que podemos ver lo que se encuentra dentro del espectro luminoso y que, también, hay vibraciones a un lado y al otro que no podemos ver con los ojos, lo cual es absolutamente cierto, por lo tanto, el especula que, por esta razón, podrían existir seres que no podemos ver, pero que algunas personas como los clarividentes si lo pueden hacer.
Los hechos se dieron a comienzos del mes de mayo de 1920, cuando Conan Doyle se enteró por medio de un redactor de una revista, que se habían tomado unas fotografías de hadas; así se contactó con Edward L. Gardner, presidente de una rama de la Sociedad Teosófica y conferenciante muy conocido en el campo del ocultismo, el cual ya tenía en su poder las fotografías de las hadas y los respectivos negativos y los había sometido a dos expertos de primer orden, uno en Londres y otro en Leeds, los cuales afirmaron que las placas eran auténticas pero inexplicables.
Las causantes de estas imágenes fueron dos primas: Elsie de diecisiete años quien sabía dibujar –detalle que creaba desconfianza–¬, y Frances de siete años que vivían a varios kilómetros la una de la otra y que tomaron dos series de fotografías de hadas; una en julio de1917, y la otra en agosto de 1920.
Conan Doyle y Gardner se juntaron en el lugar donde se tomaron las fotografías, el primero se encargaría de escribir los resultados de la investigación y el segundo de hacer todos los contactos necesarios para demostrar su hipótesis de la autenticidad de las hadas fotografiadas. Se enviaron las imágenes de la primera serie a la casa Kodak para hacer un peritaje 23. El resultado de Kodak fue que los examinadores del material no desearon manifestarse sobre las fotografías ya que argumentaron que son capaces de reproducir en un estudio un negativo semejante empleando maquetas y telas pintadas.
Con base en lo anterior, la Strand Magazine –número de Navidad de 1920–, fue la primera publicación sobre el caso de las hadas. Citare una parte de la publicación con palabras de Conan Doyle:
[…soy incapaz de hacer un balance concreto de este asunto, […] es indiscutible que tendrá repercusiones. Las experiencias infantiles se tomarán más en serio. Habrá cada vez más cámaras fotográficas. Aparecerán otros casos bien autentificados. Estos pequeños seres que parecen vivir a nuestro lado, que no se distinguen de nosotros más que por una ligera diferencia de vibración, nos resultarán familiares. El simple hecho de pensar en las hadas, aunque no se las vea, añadirá encanto a cada paseo por el campo. Creer en la existencia de las hadas hará que el espíritu materialista del siglo XX salga del atolladero enfangado en el que se encuentra hundido, y hará que reconozca que la vida está llena de encanto y misterio. […] Preveo todo esto y aún más […] estamos a punto de explorar un nuevo continente, que no está separado de nosotros por océanos, sino por principios parapsíquicos sutiles pero insuperables […] el hombre es sostenido por una mano auxiliadora, y debemos tener confianza y dejarnos guiar. 24
Conan Doyle al creer en el caso de las fotografías tomadas por dos niñas, muestra una fascinación por la vida y por el amor a la naturaleza, su desprecio por el espíritu materialista del siglo XX, consecuencia de la revolución industrial de finales del siglo XIX, le dan un sentido muy humano a la comprobación de la existencia de las hadas a través de estas fotografías.
El artículo que se redactó en la Westminster Gazette llamado ¿Existen las hadas? Investigación en un pequeño valle de Yorkshire, El misterio de Cottingley, La historia de la muchacha que hizo las fotos, fue un ataque que se publicó en enero de 1921. Sin embargo, fue aún más virulenta la crítica que se hizo en el semanario Birmingham Weekly Post, en donde Hall-Edwards precisa que:
[…] la mayor de las dos jóvenes ha sido descrita por su madre como una niña de mente imaginativa, que tiene costumbre de dibujar hadas desde hace años y que durante cierto tiempo estuvo trabajando con un fotógrafo. Además, pasa mucho tiempo en valles hermosísimos, adecuados para hacer crecer la imaginación de la joven. 25
Conan Doyle y Gardner contestaron todas las críticas, sus argumentos más contundentes se basaban, fundamentalmente, en la edad y la inocencia de las niñas y en las pruebas de autenticidad de los negativos.
Geoffry Crawley, jefe del Journal of Photography de Kodak, a principios de los 80, hizo un segundo estudio de las imágenes de las hadas. Los resultados fueron publicados en cuatro números a lo largo de cinco años. En febrero de 1982 se publicó el primer artículo, el cual, tuvo como consecuencia que Elsie, ya con más de ochenta años de edad, enviara una carta a la revista con la siguiente declaración:
[…] Elsie aseguraba que las imágenes estaban recortadas de revistas y fijadas con alfileres de sombrero que clavaban en el suelo, entre la vegetación. Era un simple juego de dos niñas de ocho y quince años, y todos se habían burlado. Pasaron unos años, y ellas se habían olvidado ya de las fotos cuando, de pronto, un teosofista empieza a usarlas en público como prueba y de inmediato se mezcla en todo ello nada menos que sir Arthur Conan Doyle, que publica un atículo sobre el tema, y en los periódicos se burlaban de él por creer en las fotos. Y además, desde que todo se había hacho público, en el colegio se reían de Frances. Las chicas no se atrevieron a decir la verdad, con la esperanza de que todo pasase lo más pronto posible. 26
La versión de Frances asegura que su prima inventó el testimonio arriba citado por que se pasó casi el resto de su vida huyendo de los periodistas y curiosos, Frances dice “que la foto es verdadera y que por supuesto las hadas existen y ella las veía…” 27
CONCLUSIONES
Los objetivos planteados en este ensayo, los cumplí parcialmente porque la literatura es muy extensa, los ciclos celtas o la literatura de Parecelso, dan para un ensayo por sí solo; un semestre es poco tiempo para desarrollar a mayor profundidad el tema.
Las imágenes medievales son escasas y, la mayoría de éstas abundan en épocas más recientes; sin embargo, al poner un ejemplo concreto de una hada como Melusina en tres imágenes –una pintura, una ilustración y una xilografía–, muestran el estilo medieval con gran claridad. Por otro lado, el par de imágenes fotográficas que presento, brindan el mejor ejemplo del fenómeno de aparición de las hadas en nuestra época –principios del siglo XX.
Considero significativo en esta investigación, que la creencia de las hadas, a parte de la fuerte relación que tienen éstas con nuestro ambiente y los cuatro elementos naturales, también tiene que ver con la coincidencia entre la experiencia de Conan Doyle y Alejandra Ramírez Sarzuela; a ambos escritores les interesó el estudio de las hadas por la misma razón, los dos perdieron algún ser querido; p.e., Arthur Conan Doyle perdió a su hermano, a su hijo y a su madre en la Primera Guerra Mundial y, por esa razón, comenzó a buscarlos en sesiones espiritistas y conociendo de forma muy cercana la teosofía y el esoterismo; el caso de la escritora es similar, ella perdió a su hija pequeña y el gran dolor que le produjo esta pérdida, la llevó a refugiarse en bibliotecas para investigar a las hadas, con la esperanza de encontrar a su hija en una de ellas; por lo tanto, ambos autores, han buscado llenar un vacío con la presencia de las hadas.
Finalmente, es una pena que lo inimaginable, lo inconcebible o lo inasible, ahora se tenga que calcular y procesar para obtener credibilidad y no necesariamente veracidad; aquello que no pueda cogerse con las manos, verse con los ojos y palparse con los dedos ha de pasar a un terreno secundario 28 . Todas las teorías o escritos acerca de las hadas coinciden en una sola cosa: la estrecha relación con la Naturaleza, por lo tanto, el conocimiento de las hadas es una forma de conscientizarse de nuestro entorno o lo que queda de él, de la misma forma de lo que queda de ellas y, si quedaran hadas por allí, que tan dolidas o heridas estarán, que su enojo es una consecuencia de los padecimientos de nuestro planeta y, por lo tanto, de nuestros achaques y falta de salud física y mental.
Se dice que sólo los niños pueden ver a las hadas, casualmente ellos no le hacen daño a la naturaleza, no contaminan los ríos, los mares y los lagos; tampoco sueltan contaminantes al aire ni estallan bombas atómicas bajo la tierra. De ser cierto lo anterior, no me extraña que las hadas estén del lado del que las cuida. En pocas palabras, creo que la existencia de las hadas es inversamente proporcional a la enfermedad del ser humano y su entorno. ew
NOTAS
1. Joan Fontcuberta. El beso de Judas. Fotografía y verdad, Gustavo Gili, 1997, pp. 11-17
2. Teofrasto Parecelso, Tratado de las ninfas, sirenas, pigmeos y otros seres, Índigo, 2003, p. 22
3. Edwin Panofsky. El significado en las artes visuales, Alianza-Forma, 1983, pp. 45-68
4. Teofrasto Parecelso, Op. Cit., pp. 7 - 52
5. Ibid., p. 22
6. Ibid., p. 51
7. Ibid., p. 52
8. Alejandra Ramírez Zarzuela, El Gran Libro de las Hadas, Diana-Libsa, 2007, pp. 12-19
9. Ibid., p.19
10. Las manzanas simbolizaban la eterna juventud, por sus cualidades mágicas, asociadas a la belleza, el poder y la juventud; en donde se encontraban era un lugar que aguardaba a los héroes. Sitio escogido por el rey Arturo como residencia y al que llegó herido antes de morir. También se cree que ahí se encuentra el cuerpo de José de Arimatea, que llegó con el Santo Grial, en Alejandra Ramírez, Op. Cit., p.33
11. Hace ya mucho tiempo los druidas le rindieron culto al roble y estaban convencidos de que éstos pertenecían a una antigua categoría de semidioses, en Alejandra Ramírez, Op. Cit., p.37
12. Édouard Brasey, Sirenas y Ondinas. El universo feérico III, José J. Olañeta, 2001, p. 141
13. Ibid., p. 12
14. Katharine Briggs, Diccionario de las Hadas, José J. Olañeta, 2003, pp. 232 – 233
15. Lamia es un ser que está más alejado de la idea que se tiene de una hada; es una criatura con escamas y cuatro patas, com pezuñas detrás y garras por delante, y rostro de mujer, un hermafrodita con órganos de hombre y pechos femeninos, en Katharine Briggs, Op. Cit., pp. 211-212
16. Édouard Brasey, Op. Cit., pp. 131 - 147
17. La familia Lusignan reinó durante mucho tiempo en Poitou. La familia explotó el mito haciendo de Melusina –la “Mère des Lusignan” la fundadora de su línea genealógica. La recuperación de las hadas por parte de las familias aristocráticas era algo habitual en los siglos XI y XII. En el país de Poitou estas criaturas, habitualmente nocturnas, se les llamaban luciérnagas, damas blancas o hadas que se aparecen en distintos lugares a diferentes personas, en http://es.wikipedia.org/wiki/Melusina
18. Édouard Brasey, Op. Cit., p. 134
19. Ibid., pp. 135-141
20. Ibid., p. 138
21. Ibid., p. 139
22. Arthur Conan Doyle, El misterio de las hadas, José J. de Olañeta, 2003
23. Negativos y pruebas de 8.2 cm x 10.8 cm y de 12 cm x 16.5 cm, así como las diapositivas para su proyección. La cámara que se utilizó fue una Midg de placas de 8.2 cm x 10.8 cm y las placas Imperial Rapid. Las fotografías de las hadas se tomaron en un día muy caluroso y soleado a una distancia de 1.20 m. El tiempo de exposición de 1/50 s. La fotografía del duende se tomó en septiembre de 1917 en un día menos hermoso que el anterior a una distancia de 2.40 m. Con un tiempo de exposición de 1/50 s., en Arthur Conan Doyle, Op. Cit., p. 45
24. Arthur Conan Doyle, Op. Cit., pp. 49 - 50
25. Ibid., p. 61
26. Epílogo de Christopher y Letitia Clemens en Arthur Conan Doyle, Op. Cit., pp. 137 - 138
27. Ibid., p. 138
28. Vilém Flusser, Una filosofía de la fotografía, Síntesis, 2001, pp. 106 - 107
29. en http://www.ciufo.cl/index.asp?Detalle=1&txtNoticiaCodigo=421
30. en http://pt.wikipedia.org/wiki/Melusina
31. Imagen tomada de Juan-Eduardo Cirlot. Diccionario de símbolos, Labor, Colombia, 1994, p.302
32. Imagen tomada de Arthur Conan Doyle. Op. Cit.
33. Ibid.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DE CONSULTA
Brasey, Édouard. Sirenas y Ondinas. El Universo Feérico III, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 2001.
Briggs, Katharine. Diccionario de las Hadas, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 2003.
Cirlot, Juan-Eduardo. Diccionario de símbolos, Ed. Labor, Colombia, 1994.
Conan Doyle, Arthur. El misterio de las hadas, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 2003.
Flusser, Vilém. Una filosofía de la fotografía, Ed. Síntesis, Madrid, s/a.
Fontcuberta, Joan. El beso de Judas. Fotografía y verdad, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1997.
Page, Michael & Ingpen, Robert. Enciclopedia de las cosas que nunca existieron, Ed. Anaya, España, 1999.
Panofsky, Edwin, El significado en las artes visuales, Alianza-Forma, Madrid, 1983.
Paracelso, Teofrasto. Tratado de las Ninfas, Sirenas, Pigmeos y otros seres, Ed. Clásicos Esotéricos Índigo, Barcelona, 2003.
Ramírez Zarzuela, Alejandra. El Gran Libro de las Hadas, Ed. Libsa – Diana, México, 2007.
http://www.coppolahumphrey.net/melusina.html, última consulta: noviembre 2007
http://www.universoenergetico.com.ar/looculto/hada.html, última consulta: octubre 2007
http://es.wikipedia.org/wiki/Melusina, última consulta: octubre 2007
http://www.ciufo.cl/index.asp?Detalle=1&txtNoticiaCodigo=421, última consulta: octubre 2007
http://pt.wikipedia.org/wiki/Melusina, última consulta: noviembre 2007
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