7.10.2008

DIARIO de una CAJA de CHOCOLATES


por lazlo lozla
2001 - 2002
Prologo

Recibir una caja de chocolates pensando que los chocolates tienen una carga de sustancias que producen en el cerebro la sensación de bienestar y de sentirse querido, me hacen notar que también recibirlos de alguien especial con quien se comparte un pedazo de la vida crean la misma sensación bioquímica en el cerebro; si a esto le añadimos el saborear dicho chocolate, pues se cierra un ciclo de pensamiento, una sensación en la boca y una percepción de la otra persona envuelta en un sabor que sólo aquellos que disfrutan del chocolate podrían comprender.

La caja de chocolates, la cual es la protagonista de este proyecto, es una caja de marca Assorted Premium Belgian Chocolates, contiene 454 gr. (16 Oz.), no tengo ni idea de cuanto sea esto en grasa corporal, la verdad no tengo la intención de averiguarlo, desgraciadamente la sensación en el paladar dista mucho de lo que acontece en el sistema digestivo, el hecho es que ya pasado el producto por la laringe, pues sólo la bulimia podría ponerle remedio a tal acto acontecido, pero como yo no soy bulímico ni anoréxico, el chocolate, espero, tenga un final de cuento.

Existe un problema de peso en esto de comer chocolates de cajita, no se si a ti te pase pero cuando uno abre la tapa de la caja, los chocolates se encuentran muy bien ordenaditos en sus correspondientes espacios, generalmente nadie te informa el contenido interno de cada uno, y en lo particular, a mi no me gustan todos los rellenos y tampoco soy tan derrochador de morderlos todos para ver cuál es el que más me agrada.

En este caso, voy a tener la osadía de comérmelos uno a uno en orden para luego, describir mis emociones y mis pensamientos acerca de la degustación de los “assortiment de luxe de chocolats belges”. No obstante quiero aclarar que esta cajita si tiene una descripción del contenido interno, pero no pienso leerla antes de comerme cada chocolate, sólo lo haré para titular cada segmento de este diario.


White Chocolate buttercream whit mocha
on a dark pra line base

dic 8, 2001 alrededor del fin del día

Es difícil describir el sabor de un chocolate, bueno ahora me enfrento a este problema porque he decidido hacerlo; la verdad es que puedo decir, como mucha gente lo hace: “mmmmhhh”, “aaahhhhh”, “yomiyomiyomi”, “chispas”, “atiza”, “que riquiricura”, “sabroooooooso”.

A mis perros les gustan las golosinas y, por supuesto los chocolates, cuando les convido alguno –claro que estos chocolates no–, a uno de ellos se le dilatan las pupilas, podría decir de una forma muy pomposa que sus pupilas sufren una “midriasis” al saborear el chocolate y una “miosis” al escasear el producto. Yo creo que a mi me pasa lo mismo, solamente que no me estoy viendo en un espejo para ver mi reacción pupilar.

Qué esperar cuando el chocolate está en la lengua, se va a deshacer como una crema, se esparcirá por el paladar y con la saliva se ira tragando hasta que la boca quede limpia de cualquier rastro de buttercream con mocha. Creo que eso pasa, pero también corren por la mente y por el alma recuerdos del remitente de la caja, de la carta que la viene acompañada, de los sucesos y las experiencias que se han venido dando. Qué inteligente regalo, que astuta forma de evocar el recuerdo, qué poderosa manera de ligar el presente con el pasado y qué extraordinaria experiencia que se canaliza en un acto creativo.


milk Chocolate pra line
whit caramelized hazelnut bits

dic 9, 2001 por ahí del medio día

“Cerca del ríííooo hay un sendeiro,
donde la tarde carameeéelo,
cerca del rio yooóoó me pierdo,
me encontrarééé
cuando me encuentreéeééee con tu beéesou”.

El cantaor entona repetidamente esta frase llena de alusiones –o fijaciones– orales y yo, tragando chocolate y descubriendo con harto asombro que tiene pedacitos de “hazelnut”, es decir de avellana triturada, a mi estas cositas en la boca que se esconden entre los dientes, atrás de las encías y en donde quepan, pues no me gusta, pero mi valentía va primero y a mover la lengua como cantaor para limpiar todo lo que se va quedando al ritmo de “Alegrías” ejecutado por un magnífico guitarrista llamado Vicente Amigo.

Este chocolate me lo tuve que comer rápido porque se me empezó a derretir en los dedos y, la verdad, preferí que lo hiciera en mi boca; la música comenzó a mezclarse con la sensación de liquidez que iba recorriendo mi garganta y con el sabor que se aferraba a mi paladar, sin importar demasiado que los trozos de avellana se atoraran por todos lados como si se negaran a ser tragados y enbullidos por el esófago.

Me pareció sentir el paso del chocolate, de forma similar al paso de un dedo recorriendo mi nuca y mi columna vertebral, como si una pluma tocara mis entrañas y estas últimas me devolvieran sentimientos que se hallaran en el fondo de un baúl abandonado y, por si fuera poco, todos llenos de melcocha e irreconocibles.


Dark chocolate
dark truffle whit vanilla

dic 9, 2001 cerca de las diez de la noche

Que sorpresa morder un chocolate y darse cuenta de que en el interior no está duro, es cremoso y amargo, es agradable pero es suficiente sabor como para no comer otro igual.

Parece que cuando se satisface el gusto por algo o por alguien, ya no quedan ganas de seguir con la satisfacción o el placer, éste no puede durar más.

Se parece al acto sexual en donde se debe mantener, entonces, el buen sabor de boca, la memoria de un momento en donde se combinan olores, texturas, formas, ruidos, temperaturas, humedad y sequedad, luces y sombras, agitación y calma, fuerza y debilidad, aspiración y expiración, inspiración, sudor, lágrimas y risas, rasguños y caricias, besos y mordiscos, menos y más, más y menos.

Sin embargo, también puede dar asco, es bueno mientras dura, cuando no es así, queda la decepción, el vacío y la tristeza de haber hecho algo lleno de nada, lleno de ausencia de vida y vacío de todo. Da igual comer chatarra y llenarse las venas de agua, que tragarse un chocolate como éste con un sorbo de refresco de grosella.


milk chocolate
p a l e pra line

dic 10, 2001 por la mañana

Por recomendación del remitente de la caja de chocolates, los metí al refrigerador ayer por la noche, y ahora, por la mañana, saqué la caja del refri, la abrí y cogí el chocolate en turno. Oh sorpresa ¡durísimo y super frío! El sabor se perdió, la textura también y el relleno suave pues cuál suavidad; mi paladar, mis muelas y mi lengua sólo tuvieron contacto con un cuasi-hielo.

La verdad no recomiendo tanta frialdad en un buen chocolate, sobre todo cuando éste no contiene sebo; un chocolate elaborado con pura manteca se disimula con el frío, como el granillo o los chocolates del Sangrons o las paletas payaso, pero el protagonista de esta mañana, pues no se come así… frío y duro.

Cuando terminé de tragarme el “hielo”, me quedé “idem” y salí de mi casa a hacer lo que tenía que hacer. En el camino pensé en la experiencia que me dejaba este chocolatito y llegué a la conclusión de que este último fungió a manera de espejo, en el cual reflejé mi frialdad, mi dureza y mi disimulo.

Creo que de vez en vez, tengo que salirme al sol para darme una calentadita.


milk chocolate caramel
and pra line with hazelnut bits

dic 11, 2001 por la madrugada

El sueño a estas horas puede más, sin embargo, aquí estoy comiéndome el siguiente chocolate.

Comerse un chocolate sin apetecerlo es diferente a comerse un “hielo”; es parecido a tomarse la píldora que te toca a media madrugada, simplemente te la tomas: te despiertas, buscas tu vaso de agua, tu pastillita, te la tragas y a dormir otra vez; de lo único que te acuerdas por la mañana es que efectivamente sí te la tragaste y que ya te toca la otra.

En este caso y con este chocolate me pasó lo mismo, y para colmo, estaba lleno de trocitos de avellana, lo único que lo salvó un poco fue el relleno de caramelo, pero por lo demás, fue un acto intrascendente.

Cuántas personas circulan por mi vida y me las tengo que tragar, algunas parecen trocitos de avellana, otras puro caramelo, otras están rancias, otras frías, otras amargas, otras… lo peor es que no he aprendido a decir ¡no quiero!


dark chocolate with butter cream
mint crisp wrapped in gold foil

dic 11, 2001 por la mañana

Este chocolate viene envuelto con un papel dorado, es el único de toda la caja que así viene, ¿por qué? no lo se, algo ha de esconder, ha de ser especial entre todos los demás; así es que desenvolví el chocolate y me lo llevé a la boca; lo mordí y descubrí un sabor fuerte de menta hecho con una suave crema que combinado con el sabor amargo del chocolate, realmente lo hace a este último muy especial.

¿Será entonces cierto que todo lo que brilla es oro o será que no es oro todo lo que brilla? Yo creo que la expectativa que uno tiene de las cosas da la respuesta particular, si a tí te gusta la menta cremosa y el sabor fuerte, seguramente el oro te brilla; de lo contrario te será un mugroso papelito de aluminio dorado.

La esencia de las cosas o de las personas siempre se encontrará envuelta, dependerá de uno si lo que se busca es la esencia o la envoltura.


dark chocolate
dark truffle with raspberry

dic 12, 2001 por la madrugada

A estas horas de la madrugada, el chocolate que me acabo de tragar –porque no me supo–, pues la verdad no me gustó, con eso de que el chocolate es el viagra azteca, con el cansancio que me cargo no creo que me haga efecto alguno, lo único que con certeza puedo decir es que el “raspberry cream” estaba demasiado ácido y el chocolate demasiado amargo.

Con esta variedad de sabores y formas que contiene la caja, las sorpresas no dejan de llegar, qué tanto se quiere un solo tipo de chocolate, se tendrá que acabar una caja completa para decidir por alguno, si esto es verdad, en dónde se compran los chocolates por separado.

En la vida –desde que uno es un puberto–, uno quiere, generalmente, relacionarse con el sexo opuesto. Existen muchos tipos de chocolates; sin embargo, no es tan sencillo probarlos todos para saber cuál es el que uno se querrá comer toda la vida, yo no creo que sea un solo chocolate el que se tenga que comprar y consumir toda la vida, me parece que por eso las personas venimos de forma surtida, a veces en cajita, a veces en bolsita y a veces a granel.

Si uno de estos chocolates no te gusta, no te lo debes comer afuerza, nada más porque viene en la caja, o porque tiene un costó, o porque te los regalaron con mucho cariño. Si es necesario dejarlo, adelante, no vaya a ser que te cause un malestar en el estomago y, peor tantito, en el alma y pueda ser algo que no tenga vuelta de hoja.


Hazelnut pra line whit hazelnut bits
Enrobed with white chocolate

dic 17, 2001 por la tarde

Tenía unos días de no comerme ningún chocolate, la tarde, la música, mis perros y el chocolate en turno, pues… una delicia, dos chocolates en uno –blanco y obscuro-, y los pedacitos de avellana bien, pero bien, triturados, así sí, así me gusta, que no se me atore nada en las encías.

Comerlos no es tan difícil, pero escribirlos como diario es más complicado. Si este diario fuera escrito por un obeso comedor compulsivo, tal vez diría: querido diario, me gustaría otra caja de chocolates porque ésta ya me la englutí, lo único que te puedo decir es que tengo sueño, estoy mareado y necesito un vaso de leche para que los chocolatitos amarren en mi inmenso estómago.

La realidad de esta caja de chocolates es especial, son chocolates de excelente calidad y la variedad tiene sus sabores, los chocolates merecen que se les aprecie, así como a todas las personas, no quiere decir que toda la gente sea tragable, hay amargos, excesivamente dulces, duros, con dos o más capas, con diferentes rellenos, con adornos, con diferentes formas, muy aguados, derretidos.

Lo cierto es que el que me acabo de comer, me hace pensar en quién podría ser su equivalente en persona ¡de_li_cio_so!


dark chocolate
with truffle with Irish Cream

dic 17, 2001 el jueves pasado

O sorpresas, otra más en la cajita de chocolates, busco el chocolatito en turno y no lo encuentro, ¿qué pasó? ¿en dónde está? El jueves pasado vino la muchacha que hace la limpieza de la casa, seguramente elle se lo comió, sino quién, ¿los perros?, no me hubieran dejado nada.

Creo que hay un chocolate que no podré saborear, sólo me imaginaré que es de chocolate obscuro con trufa y crema irlandesa, suena bien, tal vez le pregunte a Isidra –la muchacha–, tendré que pensar la pregunta: ¿a qué te supo el chocolate que te comiste? ¿te pasó algo por la mente o por el corazón? ¿no te gustaron y por eso no te comiste más? ¿por qué no te comiste el que seguía en turno? ¿por qué no el último o el penúltimo? ¿quieres otro?

Son muchas preguntas, no se si le deba preguntar, lo que si se es que los chocolates se deben compartir, recuerdo una vez un cajón en la recamara de mi madre, en el cual encontré una caja de chocolates, no aguanté la curiosidad y las ganas de abrirla y robarle un chocolate a la caja y, por supuesto a mi mamá. Otra sorpresa que me dio la caja es que el contenido de su interior consistía en puros chocolates rancios echados a perder, no se cuanto tiempo llevaban ahí. Esto es muy común en mi madre y es una gran lección para no guardar la comida y compartirla con quien más uno quiera.

Cuando Isidra empezó a trabajar conmigo, yo claramente le dije que toda comida que hubiera en esta casa, la podía consumir, con la condición de que no me dejara sin nada, le agradezco que no se acabara los chocolates y que sólo se hubiera comido uno.
Ella no sabe del diario –por supuesto.


dark chocolate
with truffle with orange cream

dic 30, 2001 hace una semana

La falta de inspiración está al día, mi “gran experiencia” como escritor se hace presente en este proyecto, no tengo ni idea de lo que este chocolate me pudo ofrecer, sólo recuerdo que el sabor ácido de la crema de naranja en combinación con el chocolate amargo no me gustó en absoluto, por lo tanto puedo concluir que en la vida existen cosas que no nos dicen nada a pesar de probarlas, son de esas cosas que pasan y ya.

En este caso traté de recordar el hecho para poderlo describir, de lo contrario, este chocolate podría permanecer en esta caja hasta que alguien lo descubriera.

Me pregunto ¿qué sería de mí, si me pareciera a este chocolate? Sería probado por alguien que sólo querría satisfacer su antojo o, de lo contrario, que nadie se le antojara comerme por que mi sabor no es grato. ¿Qué sería mejor? ser o no ser objeto del deseo del otro; por eso se nos antojan las cajas de chocolates, creo yo.


Pra line with rice crisps
enrobed with milk chocolate

dic 30, 2001 hace unos días

De la misma forma que el caso anterior, la falta de inspiración ayudó a que hasta ahora pudiera escribir acerca del presente chocolate, por cierto, exquisito.

Es curioso que existan cajas de chocolates en las cuales, unas sólo tienen chocolates idénticos y, otras sólo tengan chocolates variados. ¿Por qué?, ¿qué sucede cuando se compra una caja de chocolates?, ¿se piensa en la persona que va a recibir los chocolates o se piensa en uno mismo, es decir, en el comprador?, ¿se prefieren las cajas o los chocolates a granel?, ¿finos o corrientes?, ¿nacionales o importados?

Como podrás ver, he encontrado una similitud de los chocolates con las personas, es inevitable pensar que el sabor de un buen chocolate es parecido a la calidad de un ser humano, sin embargo, los buenos chocolates cuestan o no están al alcance de cualquiera, entonces ¿la gente que vale, cuesta también o es inaccesible?

Si pensamos en el origen del chocolate, es decir, del cacao, pues éste realmente es barato, es la materia prima, sin embargo nuestras culturas no pudieron transformarla en exquisitos chocolates como lo hicieron los europeos y los gringos y, luego se los compramos envueltos en cajas o estuches maravillosos, así como sus formas, rellenos, sabores, consistencias y demás.

La esencia de las cosas no la debemos perder, esa no cuesta, esa no apantalla, esa no confunde, esa existe en el “cacao” que llevamos dentro, pero que nadie lo ha transformado aún.


Dark chocolate
milk truffle with amaretto

feb 11, 2002 en la noche después del gimnasio

No tengo ganas de cenar, más bien de prepararme algo, ensuciar trastes y, aparte, no he comprado despensa, lo peor es que no he cobrado ningún cheque, en pocas palabras: estoy jodido, sin embargo, un chocolatito no me cae nada mal, es la cena de hoy, en estos casos no me puedo poner muy exigente con el sabor, la textura y todas esas cosas que vengo analizando con los demás chocolates, la verdad o más aún, la mera neta, cuando se tiene una carencia se puede apreciar mejor lo que uno tiene y lo que a uno se le ha obsequiado; por lo tanto:

“Más vale prender una vela que renegar de la obscuridad”

Afortunadamente todavía tengo algunas velas en esta cajita.
Mmmmmmmm… se me antojó otro chocolate pero tendré que reservar los que me quedan.


white truffle with coffee flavor
enrobed with milk chocolate topped
with dark chocolate confetti

feb 14, 2002 por la tarde

Si imaginamos el sabor de este chocolate con base en el título arriba citado, lo más probable es que tantos ingredientes den un resultado en extremo barroco, sin embargo, no fue así, creo que hasta ahora ha sido el chocolate más delicioso de toda la caja; verdaderamente se me deshizo en la boca. Por qué no pusieron más de estos, es más, por qué no fabrican una caja de puros “white truffle with ………”, tal vez sí existan, habrá que buscarlos, a la mejor sólo en Bélgica.

Qué pena que sucedan estas cosas. Parece como si llevaras a un niño pobre a Disneylandia y luego lo regresaras a su realidad miserable; así me siento, quiero otro igual y ya no hay ¿acaso tengo que ir a comprar o esperar que me regalen otra caja para atragantarme sólo este chocolate? No es justo.

Parece que la vida es así, se prueba y se prueba y se prueba, y cuando algo o alguien nos gusta, pues “puff”, se acabó. Ya no hay más de eso ni más de esto. Lo único que vale es el recuerdo, por eso pensar que …

“fue bueno mientras duró”

… es saber, con certeza, que el porvenir es más difícil, ya que está lleno de gustos personales, la bronca es encontrarlos. De lo contrario es sencillo caer en el error de vivir de lo que fue y no querer aceptar las cosas como son y mucho menos como inevitablemente serán.


Milk chocolate dark pra line topped with caramelized hazelnut bits

mar 13, 2002 pasada la media noche

Ya no se si las emociones o los sentimientos se me presentan por los chocolates, sin los chocolates o a pesar de los chocolates.

El viernes pasado por la noche o el sábado por la madrugada he pasado por el acontecimiento más doloroso de mi vida, la muerte de mi adorado perro Vinnie. Estoy seguro que este chocolate y cualquiera de los restantes de esta caja, le hubiera encantado comérselo; como no lo hizo, entonces le brindo con todo mi cariño y mi corazón este chocolatito, creo que a él no le hubieran molestado los hazelnuts y, seguramente, querría más.

Si algo tiene este chiquito es que no le puso peros a su vida, simplemente, así de sencillo la recibió y la vivió; se dio, escuchó, perdonó, acompañó, amó, jugó y dependió incondicionalmente de mi.

Por lo anterior, mi querido Vinito, mi perrito adorado, donde quiera que estés, algún día nos encontraremos, gracias por todo lo que me diste, nunca de los nuncas te olvidaré…


Dark chocolate caramel
with natural orange flavor

mar 17, 2002 domingo por la tarde

Es triste saber que las cosas se acaban así como los seres queridos que se van u otros que se alejan, sólo nos queda su esencia de la misma forma que me ha quedado el sabor fuerte y acaramelado de este chocolate.

La única diferencia entre los chocolates y los seres queridos, que encuentro en este momento, es que los primeros yo decido comérmelos y así se van desapareciendo, pero a los segundos yo no decido que se vayan, simplemente se van, se mueren, se acaban.

No se si yo mismo soy el último chocolate de la caja o yo mismo soy la caja; no se si se me considera como un chocolatito depositado en la caja de otra persona que en cualquier momento decide devorarme, saborearme y tragarme o viceversa; que confusión, quién se come a quien, quien se disfruta más, quién se gusta más, quién quiere más, quién se harta más…

El acto de comer un chocolate ¿es el producto de la búsqueda de la felicidad o simplemente de un rato de placer? ¿existe el amor en el interior del chocolate o, tal vez, en el interior de quien regala el chocolate o en quien se lo come? ¿es amor o es una carga de dopamina en el cerebro o son ambas cosas o no son ninguna?

Lo único seguro es que esta caja se está terminando y no estoy seguro de nada sólo de que todo llega a su fin y luego…


milk chocolate with
butter cream with vanilla

mar 28, 2002 por la tarde

Este es el último chocolate que quedó por ingerir, muy sabroso por cierto, me parece que resume a todos los anteriores por el hecho de que ya no quedan más y, por lo tanto, lo he disfrutado más por la escasez que por la abundancia.

La sensación de pérdida la encuentro vivamente en estos momentos; en el final de las cosas, algo me falta, algo he perdido, algo se muere y alguien se ha muerto y no se cómo recuperarlo. Ante estas circunstancias encuentro la respuesta en unas frases de Elisabeth Kübler-Ross que dicen que:
es posible que no obtengamos
lo que deseamos,
pero Dios siempre nos da
lo que necesitamos.

Y cuando obtenemos lo que necesitamos, parece que lo recibimos en forma de luz porque:

Cuando crees que ya no puedes más
siempre aparece
(como salida de la nada)
una lucecita.

Esta lucecita
renovará tus fuerzas
y te dará energía
para dar un paso más.

Esta lucecita puede ser el detalle más insignificante de la vida, lo difícil es captarlo, ponerle atención.

Esta caja de chocolates estuvo llena de luces pero, a su vez, quien me la regaló está llena de luz. La simple caja colocada en una repisa de una tienda no irradia ni un ápice de luz, los chocolates necesitan que alguien les de un toque mágico y, después que alguien los coma, los aprecie y quede, finalmente, encantado.

Después de casi cuatro meses de elaborar este diario, me doy cuenta de la rapidez del pasar de la vida y de tantas cosas que van cambiando, aunque uno no lo quiera y se resista, las cosas cambian, se acaban y se modifican de la misma forma que lo hacen el pensamiento y los sentimientos; sin embargo, el alma siempre nos dará la fuerza para enfrentar semejantes transformaciones y, aceptar que el siguiente chocolate que me coma, sea, tal vez, el inicio de otra etapa de mi vida.


White chocolate
with butter cream With pistachio

marzo 28, 2002
el sábado 15 de diciembre del 2001 por la tarde

Nada más y nada menos que el remitente de esta caja de chocolates se le antojó comerse uno, sin importar el proyecto del “diario”, ella escogió el último chocolate de la última hilera, ¿a qué supo? Sólo esta persona lo sabe, así como otras cosas que nunca le conoceré y que nunca sabrá de mi.

El chocolate –no en turno–, el último, tiene forma de corazón y es blanco, yo se que al remitente le gusta únicamente el chocolate blanco porque el chocolate obscuro no le place precisamente, el que me los haya regalado es también porque a mi si me gustan los chocolates; y también sabe que los chocolates son para mi una caricia para el alma, un acto de cariño cuando se está solo.

El último chocolate de esta caja, qué mejor que el remitente de la caja para comérselo, para cerrar con este diario, esperando que estas líneas le sepan tan bien como a mi los chocolates. LL

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